lunes, 2 de enero de 2012

Si no consigues lo que anhelas...

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes…

Érase una vez un joven e inexperto campesino que acudió a un mercado a comprar semillas.
Satisfecho con la compra, volvió contento a su aldea dispuesto a plantar cuanto antes aquellas semillas, pues cuanto antes florecieran antes podría recoger los frutos, y es de todos conocida la escasa paciencia que poseen los jóvenes…esto viene siendo así desde hace años y años…
Rápidamente hizo un agujero en la tierra, colocó en él las semillas y se dispuso a taparlo entusiasmado, disponiéndose a regar con toda prisa mientras pensaba:
-“…estas semillas darán frutos, guardaré algunos para mí y venderé los demás en el mercado, y con ese dinero podré comprar más semillas, y así cosecha tras cosecha conseguiré una buena cantidad de dinero…”
Pasaron los días…y el joven pensó que era normal que todavía no germinaran.
Pasaron las semanas…y creyó que tal vez aquella tierra no era lo bastante fértil.
Pasaron los meses…y empezó a sospechar que, tal vez, él no había sembrado en el momento oportuno.
Pasaron algunos años…y daba por cierto que había sido engañado al comprar unas semillas que no iban a germinar.
Pasaron 7 años… y cuando el campesino ya había olvidado aquella siembra, un buen día empezó a brotar de la tierra un pequeño tallo de una planta desconocida. En aquel momento no reparó en la pequeña rama que asomaba…pasaba muy desapercibida entre la hierba…
Pero cuál sería su sorpresa, cuando a la mañana siguiente comprobó que el tallo había crecido… ¡un metro! . Tuvo que frotarse los ojos ante aquella planta casi milagrosa que acababa de emerger de la tierra…”¿cómo puede ser…?” –se preguntaba una y otra vez-.
Y de este modo, día tras día, semana tras semana, aquellos tallos se hacían altos y fuertes a una velocidad asombrosa, elevándose por encima del tejado de su casa y de los árboles que le rodeaban. Entonces recordó cómo hace ya algunos años había plantado en aquel lugar unas semillas algo extrañas; nunca supo de qué eran realmente. Así que volvió al mercado a buscar una respuesta. Los mercaderes le llevaron hasta la casa del más anciano de la aldea, que era el que mejor conocía las hierbas, plantas y árboles del lugar.
-“…sin duda alguna…las semillas que plantaste eran de bambú.”
-“pero…¿cómo puede saberlo? ¡si ni siquiera lo ha visto!
-“…el bambú es una de las plantas más fuertes, resistentes y de más rápido desarrollo que existe. Puede crecer hasta 30 metros en sólo 6 semanas, y resiste tanto el calor abrasador del verano como el más crudo invierno. Es tremendamente resistente y flexible, además de tener un crecimiento rápido y espectacular…¿sabes por qué?”
El joven, asombrado, permanecía atento a las explicaciones del anciano:
-“quisiera saberlo, por favor, cuéntemelo”
-“…porque pasa los primeros siete años creciendo…hacia abajo. Durante esos años forma unas raíces grandes y fuertes que le sostienen y le nutren para luego poder crecer y elevarse de esa forma tan majestuosa y mágica…casi sobrenatural…


Si no consigues lo que anhelas, no desesperes…
…quizás sólo estés echando raíces…



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