-Estoy tan
enamorado de ti...voy a demostrarte cuánto te quiero.
-No
hace falta -respondió ella-, ya lo sé; lo noto cuando estoy contigo... por cómo
me miras, me escuchas, me acompañas...
-Pero
no es suficiente. Tú mereces mucho más. Así que quiero probar si soy digno de
estar contigo y he decidido que voy a hacer un viaje para escalar las montañas
más altas que nadie haya visitado. Y lo voy a hacer por ti. Te prometo que
volveré y entonces seré el hombre que mereces.
Así que
se fue, decidido y envuelto en una seguridad que nunca antes había sentido, y
tras un enorme esfuerzo, pasado un tiempo, conquistó las más altas cumbres que
el hombre había conseguido pisar, y fue bajando la última pendiente, a punto de
tomar el camino de vuelta a casa, cuando la duda le asaltó.
-¿Y si
no fuera suficiente?¿Y si a pesar de esto todavía no he hecho todo lo que
podía? Ya sé lo que voy a hacer. Daré la vuelta al mundo. Cruzaré los océanos y
los desiertos y entonces sí seré digno de ella. Estará orgullosa de mí y la
haré feliz.
Entusiasmado
con su nuevo viaje, no perdió tiempo y enseguida se puso en camino.
Pasaron
semanas, largos meses...y por fin llegó
a casa, satisfecho y orgulloso de su hazaña.
Al
entrar encontró la nota que ella le había dejado:
"Después
de tanto tiempo esperándote siento que nuestra relación ha terminado...porque
casi nunca estás aquí. Te deseo lo mejor. Hasta siempre."
Triste final para lo que seria una bonita historia: realista es lo que es, idealista el hombre, algo que no se puede ser en el amor, ni en la vida, tan solo estando a su lado ya la hacía feliz, ¿porque demostrar tanto? si en la simpleza se contiene la grandeza! Buen trabajo.
ResponderEliminarBesitos